LIBRO: Todo Ese Fuego

TODO  ESE  FUEGO

Ángeles Caso

Reto Libros Escritos en Español

 

Con la portada que tiene el libro, uno no adivinaría jamás de que trata.

En el siglo XIX, en un pueblo de Inglaterra, un pastor con muchas limitaciones económicas tuvo 5 hijas y 1 varón. Su esposa murió dejando a los niños pequeños, y una hermana de ella se trasladó a la rectoría para ayudarle al cuñado a cuidar a los hijos. Las dos hijas mayores fueron enviadas a un internado, donde las condiciones duras (no los alimentaban bien, no había con qué calentarse, la ropa no los cubría y no gastaban para procurarles ropa que les viniera y fuera abrigadora) hicieron que murieran de enfermedades seguramente propiciadas y agravadas por esas circunstancias. El padre volvió a mandar a dos hijas a otro internado, pero se salvaron porque no tuvo corazón para dejarlas ahí. Esas dos trabajarían como institutrices, y junto a la que siempre se quedó en casa, un tiempo pensaron abrir una casa-escuela. Pero no tuvieron oportunidad de hacerlo.

Vista de la rectoría del padre de las hermanas Brönte.

Y su hermano, ahhh su hermano. En una época donde se daba preferencia para que ellos se formaran, para que se dedicaran a cualquier arte si así lo deseaban, parecía muy dotado. Era hábil con la música, el pincel y la pluma. Pero no supo hacerle justicia a su genio. Una de ellas diría sobre su hermano: “la vida le había permitido que desplegara sus alas de hombre y volara tan lejos como quisiera, mientras ella y sus hermanas se veían obligadas a amputárselas y llevar a rastras el dolor.” Abandonó los estudios, se volvió pendenciero, se volvió alcohólico…y regresaba a su casa cuando le perseguían sus demonios (fueran físicos, por sus deudas, o imaginarios, ya producto del exceso de alcohol que consumía). Y ellas estaban ahí para consolarlo.

Su padre, que era un hombre que se instruyó a sí mismo, siempre las había dejado leer por su cuenta lo que quisieran, y él les leía poesía en el comedor. En un primer momento, el hermano decía que publicaría un libro y ellas también escribían.

Comedor donde escribían

Pero no eran tiempos para que las mujeres fueran consideradas talentosas…no estaba bien visto que se educaran, y lo que escribían –si lo publicaban- era criticado con sorna por un público masculino.  Y entonces se decidieron a buscar publicar un poemario donde habría poemas de cada una de ellas. Y tuvieron éxito.

A escondidas del padre, y haciéndose pasar por hombre, buscaron un editor. Cuando ya este les envió su libro, se lo presentaron al padre. El parecía contento, aunque le preocupaba que las miraran con recelo. “Había criado tres hijas interesadas únicamente en el intelecto y la creación. Desde muy pequeñas, no sólo les había permitido leer todo lo que quisieran, sino que incluso las había animado a leer cosas a las que las chicas, y ni siquiera las mujeres adultas, no tenían normalmente acceso: las innumerables crudezas de la Biblia, las descripciones de los vicios humanos hechas por los griegos o por Shakespeare, la visión satirica y ácida del mundo de Henri Fielding o de Jonathan Swift. A los 17 años, sus hijas discutían sobre las decisiones del Gobierno con la misma pasión que otras muchas habrían puesto en debatir si las flores que iban a colocar esa noche en su pelo debían ser malvas o amarillas, reflexionaban sobre la Iglesia de Inglaterra y el calvinismo, investigaban en libros sesudos la historia de los rebeldes luditas o asistían a interminables conferencias en el Instituto de Mecánica de Bradford sobre las máquinas de vapor o los últimos descubrimientos de la astronomía. Y luego estaba aquel fuego, la llama de los poetas, el sagrado entusiasmo de los dioses que vivía dentro de ellas y al cual ningún padre con sentido común, ninguna madre preocupada, había puesto límites. Él, por el contrario, lo había alimentado, mostrándoles su orgullo cuando las veía dedicar horas y horas de su infancia y su juventud a sus inagotables escritos.  […] Tal vez hubiera debido cortar de alguna manera rígida esos impulsos tan poco apropiados en unas muchachas, y ahora no serían tan apasionadas y pensativas y aisladas y excéntricas. Quizás tampoco hubiera debido permitirles las horas infinitas que desde pequeñas pasaban en los páramos, jugando como chicos, acostumbrándose a trepar a las rocas y caminar como si fueran vaqueros y no delicadas jovencitas casaderas.”

Escultura que representa a las hermanas Brönte.

Animadas con el éxito de su poemario, se decidieron a seguir trabajando. Ya sin trabajo como institutrices, y tomando las riendas del trabajo en su casa, se reunían en su comedor y cada una trabajaba en su novela. Enviaron sus trabajos al editor con seudónimos. Una de ellas (Charlotte) tomó el nombre de Currer; Anne tomó el de Acton y Emily el de Ellis. En vez de su apellido –Brönte- usaron “Bell”.

Charlotte tuvo un éxito inmediato, mientras que sus hermanas no tanto (aunque hoy en día son muy exitosas las 3 y las películas basadas en sus obras han tenido mucho éxito).

Dos años después de la publicación de su novela, Emily murió de una neumonía que contrajo en el sepelio de su hermano. Anne fallecería un año después. Seis años después, moriría Charlotte. Sucumbieron jóvenes pues su salud siempre fue delicada. Hoy sus novelas son consideradas clásicas de ese periodo. Y en netflix en estos momentos puede verse «Jane Eyre».

La BBC tiene una película sobre sus vidas:

Es un libro que me supo a poco, quisiera haber ahondado más en sus vidas. Interesante haber podido meterse en la piel de estas escritoras y la autora cuenta  con una prosa poética y fácil de seguir. Es el primer libro que leo de ella y no será el último. En México fue imposible conseguir el libro en papel, aunque si hubo versión electrónica en amazon.

6 comentarios

  1. Mi querida Ale…te escribí un correo, no sé si te llegó. Después del terrible terremoto. Pero como has seguido escribiendo, imagino que todo bien.

    Tengo este libro en casa. Lo compré en la edición bolsillo. Ángeles Caso me suele gustar mucho. No coincido con todos sus pensamientos e ideas, pero sí me gusta su forma de escribir e investigar. Este año, con eso de que las Brontë cumplen tiempo con ceros que han nacido y demás, pues pensaba darme un festín con ellas…y este libro sería uno de los elegidos.

    Sus libros son increíbles, y a la vez diferentes. Y sus vidas…aunque marcadas por la debilidad en su salud (también, he de decir, que estuve allí…en Haworth y vivir en los páramos y frente a un cementerio con los días casí siempre fríos y grises, puede deprimir al más salubre del mundo y si no lo deprime,… su sistema inmunológico lo resentirá…allí sigue el pañuelo con la sangre de la tuberculosis de Anne…no digo más…), como decía, sus vidas a pesar de todo esto, también fueron fuertes en su interior y lucharon por un lugar de reconocimiento social. El hermano, creo que por ser varón, se le dio mucha más atención y gozó de privilegios que el resto de sus hermanas no pudo obtener…A él se le llegaron a atribuir las obras de las Brontë…en fin…fue una carga para ellas en algunos momentos, y deseaban que se cerrase el Pub donde se abastecía de alcohol. Tuvieron una vida muy dura, y estoy deseando meterme de lleno en el libro de Ángeles Caso…lo mismo me da por visitar de nuevo los páramos…
    Un abrazo grande y que tengas un feliz día. Espero y deseo que todo bien.

    • Querida María:
      ¡no recibí tu correo! debe haberse perdido en el ciberespacio. Mi familia, y mis quereres, todos bien a pesar del temblor, muchas gracias. Y ahí va el país, reconstruyéndose poco a poco, más por lo que hace la sociedad civil que por lo que hace el gobierno que durante y después del sismo demostraron lo lejos que están de ser útiles.
      Tienes toda la razón: quien podría vivir donde lo hicieron ellas sin deprimirse…ciertamente, tenían recordatorios constantes de que la vida era frágil…y seguramente pensaban como no dejarían nada detrás de ellas y por eso su obsesión de escribir. Ojalá algún día pueda ir tambíen a visitar esos páramos (con el frío que hace aquí…tan leve, y nada que ver con aquellas latitudes, ya se me quitan, pero seguro regresa el deseo con el calorcito jajaja).
      Un beso y abrazo grande, grande,
      Ale.

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