LIBRO: Antes de Morirme

ANTES  DE  MORIRME

Jenny Downham

Este libro debe tener una lectura muy diferente si lo lee un adolescente. Para mí, que soy madre y estoy batallando con dos (una ya va saliendo, creo; pero el otro ¡está entrando y a veces está insoportable!) pensar en tener un hijo de esta edad y con una enfermedad terminal, debe ser –además de tristísimo- un dolorón de cabeza.

La protagonista de esta historia Tessa, nos dice en el primer capítulo: “Ojalá tuviera novio, un novio que viviera colgado de una percha en mi armario. Podría sacarlo siempre que quisiera, para que me mirara como hacen los chicos en las películas, como si yo fuera guapísima. No hablaría mucho, pero suspiraría al quitarse la chaqueta de cuero y desabrocharse los vaqueros. Llevaría calzoncillos blancos y estaría tan bueno que casi me desmayaría. Luego se ocuparía de desnudarme, susurrándome: “Tessa, te quiero. Te quiero de verdad. Eres muy hermosa”, exactamente con esas palabras”

O sea, que quiere un amor (o lo que entiende por él) encerrado en un clóset, y que le de sexo a demanda. Nada raro para un adolescente. ¿Y qué hace un padre cuya hija se está muriendo? ¿te haces de la vista gorda porque sabes que probablemente no viva lo suficiente para encontrar el verdadero amor? El papá de Tessa lo tiene muy difícil, su madre  los ha abandonado cuando ella era más pequeña, así que en casa viven el papá, Tessa y un hermano menor. El ha dejado su trabajo para cuidarla, y ella tiene una lista de cosas que le gustaría hacer antes de morir.

Un libro sin duda refrescante, que me parece que retrata a la adolescente muy bien; que habla de las frustraciones de vivir con una enfermedad y que  el malestar le hace perderse de muchas cosas que se dan por sentadas; que tiene una amiga que le ayuda a cumplirlas y que se ve enfrentada a consecuencias no muy agradables de lo que ha decidido.

Retrata muy bien lo que es vivir con un hermano enfermo. Tessa tiene un hermano  que la  quiere mucho y sabe lo que la va a extrañar, pero hay ocasiones en que le dice enojado “Ojalá ya te murieras que tiene mucho que no salimos de vacaciones”.

Conforme se va acercando el final, Tessa escribe unas cartas a cada uno que son hermosas. Muy cortas, pero en cada uno refleja el amor que siente por su familia, y lo que ella cree que necesitarán para seguir adelante.

Muy triste (me hizo llorar a mares), pero muy bueno. Con esto no quiero decir que no sea consciente de que tener un hijo enfermo siempre es muy doloroso, y que lo deseable sería que ningún niño ni adolescente tuviera que pasar por esto. Sin duda, la adolescencia de un hijo de por sí es difícil como para agregarle a la mezcla la frustración y el desaliento que un cáncer puede agregar.