LIBRO: Criadas y Señoras

CRIADAS  Y  SEÑORAS

Kathryn Stockett

Reto 2010: 15 caracteres

Bueno, heme aquí pegando de saltos porque al fin pude poner una imagen de nuevo. A saber que pasaba que no podía. Pensé que algo le había picado y ya había desconchinflado el blog…¡que gusto ver que no ha sido así! 😉

A veces leo para distraerme. La paso bien, pero no me pongo en el lugar del personaje. Ejemplos de esto son los libros de Stephanie Meyer…jamás me he puesto en el lugar de Bella, ni me imagino saliendo con Edward. Otras, busco información sobre algún tema. Pero hay veces que lo que estoy leyendo toca mi corazón, me hace ponerme en el lugar del otro e imaginarme lo que debió ser vivir en su tiempo, sentir sus miedos, sus alegrías, y ver cómo era el mundo en el que transcurre la acción. Y en el proceso, reta mis prejuicios, me hace preguntarme cuáles son mis creencias, actitudes y revisarlas para ver si puedo mejorar como persona si cambio alguna.

 

Este libro ha conseguido eso, y además, me dejó con lágrimas en los ojos. Me ha encantado y pienso que es de lo mejor que he leído este año 😀

 

La historia transcurre en la ciudad de Jackson, Mississipi (y suena en mi cabeza “I’m going to Jackson” de Johny Cash y June Carter 😉 ) a principios de la década de los 60’s, y la conoceremos desde tres puntos de vista: la srita. Skeeter, que regresa de la Universidad y cuya madre quiere verla casada lo más pronto posible; Aibileen, una criada que trabaja para una amiga de Skeeter cuidando la casa y los hijos de esta; y Minnie, otra criada que ha cambiado varias veces de trabajo pues a pesar de ser una extraordinaria cocinera, tiene la “mala” costumbre de decir lo que piensa a sus empleadores en una época donde debían escuchar, callar y sólo hablar cuando se les preguntaba algo.

 

Cuando Skeeter regresa  la criada que había cuidado de ella desde pequeña  ha sido despedida por su madre y esto la entristece  porque eran muy unidas. Sale con sus amigas -que ya se han casado- a jugar bridge o a tomar parte en un grupo y comienza a darse cuenta de que son unas esnobs, con el cuello estirado presumiéndose entre ellas quien tiene más “pedigree”. Aíslan socialmente a la que no piensa como ellas, o no creen de su clase.  Es como si fueran miembros de una fraternidad, donde se tienen que pasar ciertos retos para “pertenecer” (¡que triste seguir con estos patrones ya siendo adulto!). Y, extrañando a su criada, comienza a ver cómo tratan sus amigas a las suyas. No les tienen confianza, las ponen a limpiar la plata sin quitarles los ojos de encima, y sin embargo, son las que están a cargo de sus hijos. O les construyen baños especiales para que no usen los de la familia. O, cuando una es despedida, la “Señora” suelta rumores sobre ella para que no la vuelvan a contratar en otra casa. Y Skeeter comienza a preguntarse ¿cómo habría sido la historia de “Lo que el viento se llevó” si lo contara Mammie y no Scarlett?

 

 

¿Es un libro perfecto? No. Los buenos son muy buenos, y los malos muy malos. Los hombres que salen en el libro son terribles. Personajes planos, y ninguno como para merecer que ninguna mujer les amara. Pero logra hablar de algo importante: lo difíciles que se vuelven las relaciones cuando hay cosas que se dan por entendidas, líneas que no se ruzan, temas tabú…prejuicios en una palabra. Muestra que al final, somos personas; y eso debía acercarnos y no alejarnos. No podemos ser tan diferentes ¿o si? (por cierto, me gustaron muchísimo los “cuentos” que Aibileene le contaba a Mae Mobley, que sembraban en ella la idea de que “es lo de adentro lo que cuenta”). Dreamworks está trabajando para llevarla a la pantalla grande.

Aquí hay una entrevista con la autora, en donde cuanta como se le ocurrió la historia: http://www.kathrynstockett.com/book/qa/

 

¿Cómo surgió la obra?

 

Cuando crecí en Mississippi, casi cada familia que conocí tenía una mujer negra trabajando en sus casas –cocinando, limpiando y cuidando a los niños blancos. Esa era la vida en Mississippi. Yo era joven y asumí que era como vivía la mayoría en América.

 

Sin embargo, cuando me mudé a Nueva York, me di cuenta de que lo que era normal para mí no lo era para el resto de América. Conocí a muchos sureños en la ciudad y de vez en cuando charlábamos de lo que echábamos de menos del Sur. Inevitablementre, alguien hablaría de la criada con que habían crecido, una pequeña cosa que todos recordábamos –la hamburguesa tan buena de Alicia, o estar en el asiento de atrás mientras llevábamos a Willy Mae a casa. Todos tenían una historia que contar.

 

20 años después, con un millón de cosas que hacer en Nueva York, aún estaban hablando de las mujeres que nos habían criado en las cocinas de nuestras madres. Fue probablemente en una de esas noches de desvelo, que extrañaba mi casa, cuando me di cuenta de que quería escribir acerca de esas relaciones de mi infancia.

 

 

44 comentarios

  1. Me ha gustado mucho la reseña y ya lo he apuntado a ver si lo encuentro que mañana que iré de librerías a ver si le compro un libro de regalo a la bibliotecaria que les ha dado a mis niños el taller de animación a la lectura. Para ver cual le compro he escrito una lista después de mirar y remirar los libros que tanto Teresa, Isi y tú habéis ido contándonos.

    Tiene muy buena pinta este «Criadas y señoras» para leer este veranito.

    Buen fin de semana

    • Inma:
      ¡que bonito detalle tendrás con quien les dió el taller a tus hijos! luego me cuentas cuál fue el que finalmente le regalaste.
      Un beso y que disfrutes mucho tu fin de semana,
      Ale.

  2. Me ha encantado la reseña! me alegro de que te haya gustado tanto,ya sabes que a mi también me encantó!
    Has dicho algo que es cierto y curioso en el libro los personajes que aparecen masculinos son bastante planos, fíjate leyendolo no había caído, pero haciendo balance es totalmente cierto. Que ternura desprenden algunos de sus personajes ¿verdad? aunque claro a otros te dan ganas de estrangularlos….Ahora a esperar que esta autora publique otro.
    Un besazo enorme

    • Sonia:
      😀 si que lo disfruté…me daban ganas de darle dos cachetadas güajoloteras a la Hilly de tan mal que me caía. Pero bueno, también se da uno cuenta en el libro de que el racismo es una actitud que se va aprendiendo en casa…a la pobre no le enseñaron otra cosa sino a ver a los demás por encima del hombro.
      Se que ya está escribiendo otro y la historia estará situada nuevamente en un estado sureño durante la época de la gran depresión 😉
      un beso,
      Ale.

  3. Este es el último libro que ha leído mi madre y se vendrá a mi estantería pronto. Dice que le encantó, como a ti, así que yo también me apuntaré ^_^

  4. Ale. Es la segunda vez que leo una buena reseña de este libro, creo que la otra fue en el blog de Sonia.
    Así que tendré que picar. Me gusta lo que cuentas del libro y cómo lo haces, y también que pongas como defecto lo de los buenos muy buenos y los malos muy malos.
    Un abrazo

  5. Entre tu reseña y la que he leído hace poquito en otro blog este libro no hace más que subir puntos en la lista esa que todos tenemos en común y que por más que queramos recortar no somos capaces.
    Sí o sí, acabará en mis estanterías.
    Besos.

    PD. Me ha encantado lo de «cachetadas güajoloteras» tengo que aplicarlo en cuanto tenga oportunidad ¡ja,ja!

    • Booki:
      espero que lo disfrutes mucho…ahhh, esa lista es interminable y crece tooodos los días 😉 ¿qué le vamos a hacer???
      😉 eso de las cachetadas es un modismo de por acá…jijiji
      un beso,
      Ale.

  6. A mí también me gustó lo de las cachetadas guajoloteras. Tienes que explicarme cómo usarlas (verbalmente, quiero decir), que yo también quiero.

    Lo que más hace que me interese por este libro no es tanto tu reseña -que también- sino que comentas que ha sido el mejor libro que has leído este año, y teniendo en cuenta que muchos de los libros que has reseñado me han parecido muy interesantes, es un dato a tener en cuenta.

    Un besote.

    • Ascen:
      me la has puesto difíci ¿cómo se usa??? pues esa cachetada es fuerte, escandalosa..¿cómo se usa? cuando quieras expresar que deseas más que un golpe así sencillo…quieres uno que deje huella ;), que casi le gire la cabeza a quien la recibe 😉
      Un beso también para tí,
      Ale.

  7. Hola Ale:

    Que historia tan interesante y tristemente tan vigente, sólo cambia el escenario y la ropa de los participantes. Yo crecí en un ambiente o «sociedad» muy cerrada en la que no encajaba porque mi apellido (del que estoy orgullosa) no era de tradición en esa ciudad, donde me pretendieron enseñar a ser una Señorita hecha y derecha, con conocimiento de como llevar una casa, barrer, planchar, mandar una criada y atender un marido….mi edad….no llego a 40 y lo que narra el libro sigue vigente. Que pena!!!!

    Un abrazo…de corazón

  8. El otro día dejé un comentario en otro blog sobre el mismo libro y me ha parecido muy interesante la historia… Puede convertirse en una lectura más para el verano.
    Gracias por pasarte por mi blog y ecantada de conocer el tuyo!

    Un beso!!

  9. Le he visto varias veces en la librería…y he pensado en él para el verano…con lo que cuentas en tu entrada, creo que caerá. Quizá cuando saquen la edición de bolsillo…

    Me encanta como cuentas cómo este libro y que a pesar de que pueda parecer lectura «ligera» todo lo que se puede sacar de él al leerlo. Especialmente lo que cuentas sobre los patrones que se siguen siendo adultos. Pienso que eso es lo que hace que no nos miremos de verdad a los ojos…y que nos interesemos por quien tenemos más cerquita.

    Un placer leerte!! Besos!!!

  10. Ale, te agradezco que hayas reseñado este libro porque hace tiempo que no sé si comprarlo o no. Así que y debido a tu reseña…¡Otro más para el Plan Infinito!

  11. Qué casualidad que ahora mismo una amiga me pide que le diga un título, que le van a hacer un envío de España, de manera que he copiado tu entrada completa, con foto y todo y se la he cortado y pegado…¡así que pronto podré leerlo!
    Gracias amiga
    Ah, México hizo muy buen papel, no te dejes caer, que hay más días que sandías, jaja
    AD.

    • Ade querida:
      ¡que gusto me da que vas a leerlo pronto! 😉
      ahhh del papel que hizo mi país puedo decirte que pasamos un domingo triste, pero ahora estamos apoyando otros equipos 😀 ¡la fiesta sigue!
      un beso,
      Ale.

  12. Ale, me ha encantado lo que cuentas de ese libro, porque vivo tan a diario, aqui en USA el tema de los prejuicios, mios y ajenos, y siendo como soy, lesbiana, me he encontrado tantos prejuicios a lo largo de mi vida, que me han marcado de una forma u otra, que cuando alguien finalmente se plantea sus prejuicios como un estorbo en el entendimiento del mundo es de agradecer. te agradezco mucho que hayas traido un libro semejante a colaci’on y agradezco esa almita buena que tienes y tanta falta le hace al mundo.Un beso, Maggie.

    • Ana (estodevivir):
      muchos de los prejuicios vienen de creer (porque eso es: una creencia) que sé mejor que nadie de qué lado masca la iguana (diría mi amigo el aljíber 😀 jajaja)…y luego quiero aplicar esa creencia como si fuera una verdad inamovible. En mi religión me enseñan a amar al prójimo como a mi misma, y eso implica aceptarle tal cual es.
      Te quiero y te mando un abrazo grande como el mundo,
      Ale.

  13. Me encantó este libro, que también tengo reseñado. Es una historia muy tierna, que muestra una realidad no tan lejana.
    Me alegra que disfrutaras con su lectura. Saludos!

  14. Como últimamente ando un poco a salto de mata, leí tu reseña pero no pude comentar. Me gusa mucho así que… si, se va al plan infinito.
    En cuanto a los prejuicios es cierto que son limitadores aunque también muy humanos -aunque nos guste pensar que no los tenemos, creo que nadie se libra. Supongo que lo que debemos hacer es reconocerlo y tratar de superarlos.
    De todas formas, estoy convencida de que en muchas ocasiones tienen más que ver con el miedo a lo desconocido o a lo distinto.

    ¡En fin! Como siempre me encantan tus reseñas y tus comentarios que me hacen reflexionar. Un beso.

    • Lammermoor:
      Ahhh es que no reconocemos nuestro prejuicios porque ellos son «lo normal» con lo que hemos crecido…en nuestra cultura se nos van introyectando y ni cuenta nos damos de ellos, hasta que de alguna manera alguien -o algo- nos tira nuestras anteojeras ;). Por lo demás, gracias jeje
      Un beso
      Ale.

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