LIBRO: Big Fish, a Tale of Mythical Proportions

A BIG  FISH: A  TALE  OF  MYTHIC  PROPORTIONS

Daniel Wallace

«Todos tenemos algo que contar, igual que tú. Historias sobre cómo nos tocó el corazón, nos ayudó, nos proporcionó trabajo, nos prestó dinero, nos vendió al por mayor. Montones de historias, grandes y pequeñas. Todas cuentan. A lo largo de una vida, todo cuenta. Por eso estamos aquí.»

Aunque esta novela fue llevada al cine, debo decir que nunca la he visto completa. He visto fragmentos cuando la pasan en la tele, pero sin nunca saber exactamente como va, por tanto brinco en el tiempo que tiene.

Así que cuando me topé con el libro, me decidí a leerlo de una buena vez. ¿Qué trama tiene? Podría resumirlo en que es un hijo (William) que está buscando conocer a  su padre (Edward). No es que no lo conociera porque lo hubiera abandonado. William fue  hijo único, el padre viajaba por cuestiones de trabajo, y el chico se sintió abandonado. Cuando el padre quiso acercarse, William, adulto joven, ya no estaba interesado en  él.

En la película, este es Edward, el padre.

Así que cuando el padre está muriendo de cáncer, William se pregunta qué tanto sabe de su padre. ¿De qué van esas historias fantásticas que contaba de sí mismo? Tanta exageración, que lo atraía de niño y después le fastidiaban, ¿para qué? ¿hay una enseñanza en ellas, o solo son muestras de que su padre estaba chiflado?. No está seguro de si su padre cree en la vida después de la muerte, o no (y esto le preocupa, porque habrá que organizar un funeral); a decir verdad, no está seguro de nada en lo tocante a él.

Comienza a rememorar lo que sabe de su padre a través de la historias que contaba sobre su infancia: sabía hablar con los animales, enseñó a un gigante a sembrar para no estar robando la comida a la gente del pueblo, salvó a una sirena, pudo enfrentar a un perro rabioso para luchar por sus sueños, ayudó a una mujer a la que le habían robado su ojo de vidrio a recuperarlo…era un joven vibrante, aventurero, que hizo lo posible por ser feliz una vez que se casó y fue padre. Pero el deseo de conocer el mundo lo hizo viajar por su trabajo y siempre llegar a casa esperando ser recibido como una celebridad.

Portada del libro en español.

Incluso hoy que está muriendo, no está en la recámara del matrimonio, sino en la de invitados. Dice que no quiere darle a su esposa ese recuerdo de morir en su cama, quiere que después de su muerte, ella pueda dormir tranquilamente donde lo ha hecho siempre.

Las pocas conversaciones que hay entre padre e hijo en presente son tensas y William termina enojado y herido sin entender por qué no pueden tener una conversación normal. Con ese padre, no podrían ser de otra manera, y William lo van entendiendo cuando se da cuenta de que comparte muchas cosas con el, incluido su talento para narrar cuentos, y es así como nos da un final muy peculiar.

Me hizo pensar en la relación con nuestros padres: los conocemos por lo que nos cuentan de si mismos, por aquello de lo que somos testigos, pero hay más que ignoramos. Si han sufrido, es probable que no lo digan, o lo embellezcan. Quizás era lo que hacía Edward.

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