LIBRO: Pinocho

PINOCHO

Carlos  Collodi

 

El verdadero nombre de su autor es Carlo Lorenzini, pero firmaba sus escritos como Carlo Collodi. Carlo era periodista  y en 1875 comienza a incursionar en los cuentos para niños y en 1882 se publica  en el periódico como una serie la “Storia di un buranttino” ilustrada por Enrico Mazzanti. Decía de él mismo como estudiante: “yo era el más irresponsable, el más desobediente, e imprudente niño en toda la escuela.” Y se dio cuenta de que esto estaba afectándolo pues los maestros  perdían su buena voluntad hacia él y perdía  la amistad de sus compañeros. Y dice: “me convertí en un buen niño. Comencé a respetar a los demás, y ellos a su vez,  a respetarme a mí”.

El libro es diferente a la versión que presenta Disney. (SPOILER) Al comienzo, sólo existe un tronco que siente, habla cuando lo quieren trabajar y el carpintero que lo recibe primero (el maestro Cereza) se asusta y se lo lleva a Gepeto.  Este hace con él un títere de madera, que comienza a hacer travesuras desde el momento en que lo están haciendo y mete a Gepeto en muchos problemas. Un grillo (ese que en la película será pepito Grillo) que vive en el taller le dice que los niños que no  obedecen padecerán mucho y Pinocho de un martillazo lo mata. El tronco para mí habla de la naturaleza que existe en cada ser humano. Podemos quedarnos así y vegetar durante toda la vida. O alguien puede compadecerse de nosotros y darnos herramientas para educarnos. Pero entonces, seremos marionetas hasta el momento en que entendamos por qué hacemos las cosas. Ese grillo, es la conciencia que todo hombre tiene dentro de sí mismo, pero que al principio es tan pero tan vulnerable que es muy fácil ignorarla.

Pinocho es una marioneta, y cuando nuestra conciencia no crece mucho terminamos convertidos en marionetas. Si yo quiero ser libre (un niño de verdad, vamos) tengo que revisar qué es lo que mueve mi vida…y cortar esos hilos que me hacen esclavo.

 

Pinocho tiene unas aventuras con unas monedas que gana y que le engañan para que las siembre y pueda cosechar monedas. ¿Quién no ha tenido la ilusión de vivir así? –sin hacer nada, y teniendo un árbol del cual poder cosechar monedas de oro-. Pero eso sería ir en contra nuestra, pues todos tenemos una potencialidad de algo que es la misión de nuestra vida; y el único camino para encontrarla es crecer.

 Trabajar a  Pinocho le parece la cosa más difícil del mundo. Termina en  la isla de las abejas, donde puede obtener comida a cambio de trabajo, pero prefiere pasar hambre. Más adelante se  convierte en burro en el país de los bobos, lo venden para trabajar en un circo, se lastima y lo compra un hombre que quiere hacer un tambor con su piel. Cae al mar y unos peces se comen el cuerpo del burro y pinocho sale del mar otra vez como una marioneta de madera.  Cuando uno no quiere crecer, cuando se resiste a hacerse responsable de sí mismo terminamos como Pinocho, convertidos en burros de carga…él tuvo suerte y en el mar, cuando tocó fondo, unos peces le comen la piel de burro. Para mí esos son los amigos, que te ayudan a que tu verdadera cara, esencia, valor salga a la luz. (Por cierto, ¡gracias a los pecesitos de mi vida en este día de la amistad! 😀 )

Se lo traga un tiburón, salva a Gepeto que estaba dentro de él, y saliendo  del monstruo, Pinocho tiene que ponerse  a trabajar para que Gepeto, que enferma, pueda reponerse.

Cuando por fin ve más allá de su ombligo, cuando comienza a trabajar al cuidar a otro ser humano, cuando deja su egoísmo y por amor hace algo por su padre, se convierte en un niño de verdad.(Bueno, esto me dice a mí, es mi interpretación personal).

Walt Disney hizo la adaptación al cine en 1940, fue su segunda película animada (la primera fue Blancanieves) y ganó 2 premios Oscar (a la mejor banda sonora, y mejor canción original)

24 comentarios

  1. ¡Qué bueno! Yo soy una fiel admiradora de las películas clásicas de Disney, y aunque sigo mirando algo de animación, no hay ninguna que pueda superarlas (tal vez la única excepción fuera Sherek). Una recreación fantástica y memorable del mundo de los sueños. No obstante lo anterior, y haciendo referencia a tu reseña, tengo que reconocer que Pinochio no era de mis favoritas.

    • Offuscatio:
      yo llegué a saberme los diálogos de algunas de ellas de tanto que las veía con mis hijos 😉
      Pinocho tampoco era de mis favoritas ehhh…no recuerdo que yo la hubiera visto de pequeña (en ese entonces, dependíamos de que las pasaran en el cine, y si recuerdo, por ejemplo a Blancanieves y las pesadillas que tuve por la escena donde está la madrastra convertida en bruja en un calabozo). Sigue sin ser de mis favoritas. Pero no había leído nunca el libro en el que está basado, y me gustó mucho.
      Un beso,
      Ale.

  2. Nunca me había planteado leer este libro hasta ahora que he leído tu fantástica reseña. Me ha encantado y desde luego pienso ponerme a buscar ya este libro.
    Besotes!!!

  3. Bueno, bueno, bueno, no dejas de sorprenderme jajjja. Jamás se me habría ocurrido pensar en leer el libro, hemos leído tantas adaptaciones… Eso sí, es curioso que en el original Pinocho se cargue a su conciencia (nuestro querido Pepito Grillo)

    De todas formas te diré que cada vez me gusta más analizar este mundo de los cuentos.

    Besicos !

    • Susana:
      😀 es un libro bonito; un verdadero viaje a cómo va creciendo la conciencia dentro del ser humano.
      Ese Pinocho era terrible cosa, bien travieso. La película de Roberto Benigni es la que más justicia le hace la libro.
      Un beso,
      Ale.

    • Disney comenzó haciendo películas con cuentos/libros que ya eran exitosos desde antes; este libro era muy popular. Claro que, para las nuevas generaciones, lo conocido es la película de Disney y no el cuento de Collodi.
      un abrazo,
      Ale.

  4. Aunque reconozco el mérito de Disney con sus películas, en sus adaptaciones la factoría no siempre estaba muy acertada y hacía lo que mejor le parecía con respecto a los libros en que se basaban, como es el caso.

    En este sentido, éste es un buen ejemplo de esta, para mi gusto, distorsión.

    Por otro lado, me ha encantado tu punto de vista y el trabajo que has realizado por dar a conocer este cuento.

    Un beso.

  5. He tenido este libro cientos de veces en mis manos pero por una cosa u otra al final no me lo he traído a casa y eso que tengo muchas ganas de leerlo, de pequeña era de mis favoritos, pero claro, lo leía en ediciones adaptadas para niños y tengo ganas de leer el original, gracias por recordármelo. Muchos besos

  6. Me encantó eso de los hilos que nos esclavizan, creo que es una metáfora magnífica para hablar de manipulación y aprender a pensar. Muy grata sorpresa encontrarte y así poder enriquecernos mutuamente. Por lo pronto te mando un link maravilloso para ti y todos los amantes de los libros (está algo largo -15 minutos- pero se van como agüita y te queda una reflexión muy padre sobre lo que significan los libros en la vida humana).
    The fantastic flying books of Mr. Morris Lessmore.

    Saludos!

    • ¡Guau! ¡Gracias Claudia! no conocía el video y me gustó muchísimo (cursi que soy, hasta tengo lágrimas corriendo por mis mejillas…). Todo eso y mucho más es la lectura para mí: cada libro abre una ventana a una idea nueva, a maneras diferentes de ver la vida, a ideas que van dejando su semillita ahí (depende de qué tantas vueltas le de a que esa idea muera o florezca). Ciertamente como sucede al principio del video: cambia el mundo en el que uno vive.
      Un placer tenerte por aquí, y haberte encontrado.
      Ale.

  7. Gracias Ale por recordarnos ese esfuerzo necesario para no ser sólo títeres. Entrañable historia que nos traslada a la infancia y que como todos los buenos cuentos tiene mucha más miga.
    Cuando he pinchado en tu enlace al ver el título no he podido evitar ¿y si nos crece la nariz?…en algunos casos ante una mentira uno se roza la nariz…¿será por influencia de Pinocho?
    Un fuerte abrazo 😉
    El Guisante Verde Project

    • Maribel:
      ¡tienes toda la razón! cuando uno miente, trata de taparse la cara y el gesto de tocarse la nariz puede ser indicativo de que te mienten, ya sea porque exageran, o están «torciendo» la verdad 😀 ¿será que Collodi nos lo advertía?
      Un beso para tí,
      Ale.

  8. Nunca había pensado en el simbolismo que le has dado. El pir qué de ser un pedazo de madera y luego una marioneta, hasta convertirse de carne y hueso.
    Muy enriquecedor 😀

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