LIBRO: Xochimilco Caminos de Agua

XOCHIMILCO Caminos de Agua

Pascuala Corona

Pascuala Corona es el nombre con el que firmaba María Teresa Castelló Yturbide. Eligió el seudónimo en honor a su nana, de origen michoacano, quien le contaba cuentos cuando era niña; bajo este seudónimo firmó  su obra dirigida al público infantil, así como algunos textos no literarios. Nació en la Ciudad de México, el 21 de Marzo de 1917; murió a los 92 años, el 20 de Enero de 2015.

Se le conoció popularmente por sus cuentos infantiles, pero publicó más de 30 libros y una gran cantidad de artículos especializados en arte y  tradiciones mexicanas. También fue conferencista, asesora de investigadores, trabajadora social y pintora.

Como investigadora se especializó en el estudio del arte del textil indígena, sobre arte, oficios, costumbres y tradiciones; realizó labores de hilado teñido, bordado, encuadernación, siembra, disección y gastronomía.

Recibió reconocimientos en vida, como los premios Antonio Robles y el Bellas Artes para Cuento Infantil Juan de la Cabada.

En este cuento, nos presenta a Xochimilco, y nos dice: “La conquista espiritual de Xochimilco fue iniciada por Fray Martín de Valencia, monje franciscano, en 1523. Y que en 1535 se construyeron la iglesia y el convento de San Bernardino de Siena, tal vez por influencia de fray Bernardino de Sahagún, quien al descubrir en el fondo del lago un ídolo de piedra (una representación de Tláloc, señor de la lluvia), lo sacó y puso en su lugar una cruz.

Años más tarde, hacia 1552, fue escrito el Códice Badiano, uno de los códices más importantes sobre hierbas medicinales, en el que aparece el emblema de Xochimilco: un suelo mullido del que emergen dos matas en flor. El texto en náhualt estuvo a cargo del xochimilca Martín de la Cruz, médico asociado al Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco. La traducción al latín fue hecha por Juan Badiano, también xochimilca y contemporáneo del primero en dicho colegio.

En un texto anónimo de 1864 sobre Maximiliano y Carlota, el Viaje de Miramar a México se cuenta que en el trayecto de Veracruz a la Ciudad de México los soberanos fueron recibido con grandes muestras de alegría, como bailes, canciones y más de 770 arcos de flores. El que más les gustó fue un arco decorado con claveles rojos y blancos realizado por indígenas xochimilcas. Para que Maximiliano y Carlota pudieran verlo por segunda vez, el arco fue trasladado a la puerta principal de la Catedral de la Ciudad de México. Tenía esta inscripción: Xochimilco a su Emperador Maximiliano I, Junio 11 de 1864. El arco parecía terciopelo y su aroma se percibía en todo el atrio.

El nombre Xochimilco significa “lugar de la sementera florida” o “donde se siembran flores”, como la dalia (del náhuatl acocoxochitl), flor de ocho pétalos que aparece esculpida sobre la piedra de cantera de la iglesia de Xochimilco. Por toda esa riqueza natural, que sus habitantes han sabido aprovechar y conservar, en 1987 la zona de las chinampas donde se cultiva gran variedad de flores y hortalizas fue declarada Patriminio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.”

El libro cuenta una historia para el público infantil, de lo que puede encontrarse en Xochimilco, algunos refranes y al final, esta una sección Para los que quieren saber más y otra que se llama Por si quieres saber todavía más…Además trae instrucciones para hacer una actividad, una receta de un dulce mexicano (alegrías de amaranto) y un diccionario.

Me ha encantado descubrirla con mis nietas. Ahora vamos a hacer un viaje a Xochimilco para viajar en las chinampas. Debe ser maravilloso recorrer esos caminos ahora que estamos con los altares de muertos. Aquí abajo, una balsa llena de cempasúchiles.

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