LÁGRIMAS EN EL MAR
Ruta Sepetys
Alemania va perdiendo la guerra (durante la Segunda Guerra Mundial), y a la población les llegan rumores que están por llegar los rusos y habrá matanzas y violaciones, pero el gobierno no permite aún que la población civil evacúe las ciudades; por eso al comienzo de la novela hay un grupo que se dirige al puerto de Gotenhafen, pero deben hacerlo lejos de los controles militares (para que no los detengan, alegando que son “malos ciudadanos que no creen en la grandeza de Alemania”), lejos de los caminos principales, y evitar en lo posible hacerlo en descampado porque ya hay aviones del enemigo matando a los que encuentran en el camino (con metralletas o bombas).
Quienes nos narran la historia serán: Joanna, una enfermera de origen lituano, a la que han permitido entrar a Alemania; Florian, un joven prusiano con mucho talento para el arte, que ha estado trabajando con el director del Museo de Könisberg; Emilia, una polaca embarazada de 16 años que no habla mucho alemán; y Alfred, un joven de 17 años que trabaja como marino en el buque Wilhelm Gustloff en el puerto de Gotenhafen.
Cada uno de ellos tiene su propia manera de ver lo que ocurre: Joana trata de ayudar desde su profesión, piensa en su familia y la anima pensar que puede reunirse con ellos después de la guerra; Florian se ha dado cuenta de que ha estado clasificando obras de arte robadas por los nazis y desea que el mundo sepa eso y está huyendo con algo que sabe que ellos quieren tener; Emilia era hija de un profesor universitario en Leópolis, que pensando que estaría más segura en otro lado, la lleva a la granja de un amigo. El hombre no se hubiera imaginado que no iba a ser bien recibida por la señora de la casa. En el momento del inicio del libro, Emilia tiene un embarazo muy avanzado. Alfred es un joven que no pudo unirse a las juventudes hitlerianas, pero cuando tuvieron que llamar a filas a todos los hombres que quedaban, le tocó ser marino. Al principio de la novela parecería que tiene un puesto importante, pero solo es alguien con sueños de grandeza, muy enfermo mentalmente.
Hay otros dos personajes entrañables: un niño huérfano, que pierde al último familiar cuando se queda dormida en la nieve; y un zapatero, inteligente, amoroso, muy trabajador, que cuida después a este niño, y al grupo con el que huye, intentando llegar al puerto. (¡Ahhh, cuanto dicen de nosotros nuestros zapatos!).
Por supuesto, como yo no sabía que había pasado con el barco, pensé que una vez ahí dejarían de sufrir.
Pero no. El Wilhem Gustloff fue un transatlántico alemán que en principio, estaba pensado para que vacacionaran familias alemanas (antes de la guerra). Ahora, como parte de la operación Aníbal, iba a evacuar población alemana que huía de la guerra. Irían heridos de guerra, familias de militares y muchos refugiados. El barco fue hundido por un submarino soviético mientras llevaba más de 10 mil personas a bordo. Se estima que fallecieron unas 9, 613 personas, sobreviviendo poco más de mil.
Como siempre, a través de sus personajes, Ruta nos muestra diferentes historias, y da pinceladas del robo de obras de arte (donde se perdió la cámara de ámbar construida en el siglo XVIII en Prusia, robada por los nazis del palacio de San Petesburgo y nunca encontrada), muchas pinturas, obras literarias, etc. Nos muestra el desprecio ante enfermos, personas de otras etnias distintas a las arias (vemos la propaganda vs. los polacos, por ejemplo), el fanatismo de seguidores de Hitler (el personaje de Alfred es un ejemplo). Como al final de la guerra, se crea un ejército con el pueblo, el Volkssturm. Un libro de muy fácil lectura.
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