LA CASA DE NUESTRA MADRE
Julian Gloag
¡Ayyy, pero que bonitos son los libros de esta editorial! Y no solo eso ¡que buenos libros!
Esta novela me tuvo sentada y no me quería levantar porque estaba sufriendo con el destino de estos niños ¡tan pequeños, y quedar huérfanos! Y sabiendo que podrían meterlos a un orfanato y que los separarían, deciden no contarle a nadie que su madre ha muerto. La gente sabía que estaba enferma, no tenía mucha relación con las demás personas del pueblo, así que deciden seguir vivir aparentando que ella está viva y enterrar a la madre en el jardín (no lo considero spoiler porque todo sucede en las primeras páginas de libro).
Los protagonistas serán los 7 hijos de Violet: Elsa, 13 años; Diana, 12 años; Dunstan, 10 años; Hubert, 9 años; Jiminee, 7 años; Gerty, 5 años y Willy, 4.
Vamos conociendo a los niños a través de pocos diálogos y las escenas cinematográficas que nos describen. Pareciera que la mamá era muy rígida, que les hablaba del pecado y de castigarlo de manera cruel; pero también, era su protectora. ¿Cómo habrían sido de seguir ella viva para terminar de criarlos? Eran maduros para su edad, cada uno tenía sus obligaciones, con las que siguieron durante un tiempo. Pero Diana y Dunstan parecían fanáticos pequeños, malos en su deseo de rectitud. Elsa tiene que ponerse al frente por ser la mayor, aunque mucho de la trama tiene que ver con Hubert, de solo 9 años. Cada mes reciben un cheque, que ellos ya sabían cobrar porque por la enfermedad de la madre, ella ya no lo hacía. Así continuarán. Y saben que hay algo de dinero en una cuenta de ahorros.
Son niños solitarios, acostumbrados a aparentar, fingir para ser aceptados por el mundo. Niños que necesitan desesperadamente cariño, dirección. Hay una señora (la sra. Stork) que va a hacerles el aseo una vez a la semana, pero es mala. Y alguna vez va la maestra de la escuela a querer hablar con la madre (algo ha de ver en los niños) pero le dicen que no pueden molestarla, está enferma y duerme.
Siguen solos, y comenzarán a dejar de ser la máquina bien aceitada que eran cuando su madre les daba cuerda. Algunos dejan de hacer sus tareas, deciden castigar a un miembro, reciben a un niño que al parecer sufre en su casa…y su madre dice que puede quedarse. No sabemos si los niños fantasean con que la escuchan, con que se sienta en su mecedora, con que Diana puede comunicarse con ella, o realmente es una presencia.
Después, cuando ya estén desesperados, Hubert manda una carta pidiendo ayuda a su supuesto padre, que aparee en un momento en que los salva. Pero tampoco es el héroe que esperaban. Elsa recuerda todo lo que su madre decía de ese hombre, la señora Stork al parecer también sabe cosas sobre él. Charlie -el supuesto padre- trata de ganarse a los niños, pero no puede evitar (ni le interesa) dejar de ser como es (y es espantoso, de verdad despreciable).
Me gustó mucho como nos va narrando las cosas porque uno espera que le cuenten algo y resulta que en el siguiente capítulo, hay lagunas, que uno va llenando con lo que se va imaginando…y luego vemos que estábamos bien, o mal.
Muy interesante, muy sombrío, muy cruel. Pueden descargar las primeras páginas, aquí.
Qué buena pinta! Y no me sonaba de nada. Bien apuntado me lo llevo.
Besotes!!!
Margari:
¡Ojala lo disfrutes tanto como yo si llegas a leerlo! besos