LIBRO: Harry Potter and the Cursed Child

HARRY POTTER AND THE CURSED CHILD

J.K. Rowling, John Tiffany and Jack Thorne

Reto: leer en inglés

 

Siendo fan incondicional de Rowling (y de Harry en particular), el lanzamiento de este libro me hizo comenzar a celebrar mi cumpleaños con anticipación. Cuando salió a la venta, estaba por irme de vacaciones a San Antonio así que no lo compré en mi país, pensando que a lo mejor me costaba menos del otro lado, o había alguna promoción que acompañaba la compra.

Pero ya allá, viendo que salía igual que en México lindo y querido, decidí que esperaría hasta regresar. Y ya estaba en el areopuerto esperando abordar el vuelo de regreso cuando una sobrina me dijo que todavía no lo había leído porque se había agotado. Casi me da el teleque. Corriendo fui a comprarlo a la librería del areopuerto (¿cuándo volvería a llegar? ¿Qué tal que tardaba mucho??? ¡Ayyy no, si yo quería leerlo desde antes de salir de vacaciones!!!!).

Y comencé a leerlo en el avión. Y me encantó.

Mis amigas, que son bien chidas, así me celebraron mi cumpleaños. Gracias Carmen, Dinorah, Angie, Nancy, Lulú, Brenda, Araceli, Sandy, Marce, Lupita, Rayito, Lourdes y Cynthia. Fue una sorpresa super agradable que estará grabada en mi corazón por siempre 😀

Comienza justo donde termina la última película de Harry Potter: en 2016, 19 años después de que Voldemort fue vencido, el segundo hijo de Harry y Ginny, Albus Severus, está a punto de comenzar su educación en Howgarts. Será también el primero para Rose, la hija de Ron y Hermione; y Scorpio, hijo de Draco y Astoria. Albus está preocupado de que no lo vayan a poner en la casa de Gryfindor. Harry le dice que si es tan importante para él, puede decírselo al sombrero, porque este toma en cuenta sus preferencias. Albus es introvertido y resiente la celebridad que le acompaña sólo por ser hijo de Harry. ¿Llegará a ser tan buen mago como él? ¿Podrá cumplir con lo que los demás esperarán de él, al ser hijo de quien es? Resiente la curiosidad  que  Harry sigue despertandon los demás -aún de adulto-, y que se incrementa cuandoquiera que se reúne con Ron y Hermione.

El giratiempo, un elemento muy importante en este libro. ¡Gracias Beba! ❤

Rowling retrata (no se si sus hijos ya estarán en esa edad) la difícil relación de un padre con su adolescente. Bien dice el dicho que son adorables cuando pequeños para que nos acordemos de eso cuando se vuelvan insoportables y nos  los queramos comer   comer cuando estén en  la adolescencia. No hay hogar en donde ese niño que era tan dócil, tranquilo, positivo se convierta en un montón de enfados y molestias. Es lo normal, y lo que debe uno esperar que suceda. Después de todo, está tratando de encontrar su identidad, ensanchar sus límites y descubrir el mundo. Y la autoridad de un adulto les estorba, la desafían (y es sano porque esto les ayudará después a saber desafiar otras autoridades), y está aprendiendo cómo desea comportarse en el mundo. Valorará todo lo aprendido para decidir con qué se queda y qué desecha como adulto.

Y en nunca es fácil. El adolescente nos confrontará con aquellas partes de nuestra persona que no han madurado a pesar del paso de los años, nos señalará los defectos y nos pedirá cuentas por aquello que decimos, pero no hacemos. ¿A quién le gusta tener un juez tan cercano, cuando a veces uno mismo se autoengaña? Y Harry, ese gran mago, deja mucho que desear en este libro como padre amoroso. No es que sea TAN malo, es sólo que no está presente en la vida de su hijo, y los momentos en que si lo está, anda apurado por las eventos que el ministerio de magia, donde trabaja, debe atender.

El pastel, que era una verdadera obra de arte salida de las manos de mi amiga Marce. ¡Gracias Marce!

Así que Albus se hace amigo del hijo de Scorpio, un muchacho que ha nacido en medio de un chisme que también lo vuelve presa de la atención indeseada cuando está en público. El hijo del mejor mago es  amigo del hijo de su némesis (porque Scorpio es hijo de Draco Malfoy). Y ahí la historia de los padres prejuicia a Harry contra Scorpio, a quien no se da tiempo de conocer, ni aún cuando su hijo le dice que es su mejor amigo.

Y termina en el 2020. Cada libro de Harry abarcaba un año en Howgarts, pero aquí todo pasa rápidamente (seguramente habrá libros para explorar más lo que sucede en cada año), y es rápido porque es una obra de teatro.

Para no contarle la trama a quien no lo ha leído, puedo decirles que se emociona uno al volver a encontrarse con los personajes de la serie,  ver cómo va su vida. Y que quizás la lección es: padres: sean cercanos y cariñosos con sus hijos. Es cuando más necesitan saberse queridos incondicionalmente (porque hay días que ni ellos se aguantan). No sabemos lo que nos depara el destino, y el momento de amarlos es mientras están aquí. Acerquémonos a los  amigos de los hijos, quienes son, que les interesa; vaya, conocerlos como personas (en vez de nomás etiquetarlos como “sus amigotes”). Y  entender que detenernos  en el pasado, nos impide disfrutar el presente. Hay cosas que no se pueden cambiar. Pero no podemos dejar que nos impidan vivir, y vivir desde el gozo de lo que aún nos queda. Lamentarse o querer cambiar lo que es imposible, nos vuelve locos. Somos lo que somos, gracias a ese pasado. Si no nos gusta, tenemos el presente para volver a cincelarnos, y ser diferentes en el futuro. Pero cada herida, cada cicatriz, nos dejó  una enseñanza. Sin heridas y sin cicatrices, quien sabe en qué nos habríamos convertido.

Y esto no viene mucho con el libro, sino con sentirse feliz y en este momento, lo soy (¿cómo no si conseguí el libro que quería y luego me han apapachado tanto?),  me siento muy bendecida  😉 ). Les comparto un poema que me hizo llegar mi amiga Beba y que me parece precioso.

I’ve never made a fortune, and it’s probably too late now.
But I don’t worry about that much, I’m happy anyhow
And as I go along life’s way,
I’m reaping better than I sowed.
I’m drinking from my saucer,
Cause my cup has overflowed.

Haven’t got a lot of riches,
and sometimes the going’s tough
But I’ve got loving ones all around me,
and that makes me rich enough.
I thank God for his blessings,
and the mercies He’s bestowed.
I’m drinking from my saucer,
Cause my cup has overflowed.

I remember times when things went wrong,
My faith wore somewhat thin.
But all at once the dark clouds broke,
and the sun peeped through again.
So Lord, help me not to gripe,
about the tough rows I have hoed.
I’m drinking from my saucer,
Cause my cup has overflowed.

If God gives me strength and courage,
When the way grows steep and rough.
I’ll not ask for other blessings,
I’m already blessed enough.

And may I never be too busy,
to help others bear their loads.
Then I’ll keep drinking from my saucer,
Cause my cup has overflowed.