LIBRO: Mis Recuerdos de Anna Frank

MIS  RECUERDOS   DE  ANNA  FRANK

Miep Gies

Editorial Emecé

Miep Gies nació en Viena en 1909  y sus padres la enviaron a Holanda después de la Primera Guerra Mundial porque no tenían suficiente comida para mantenerla, así que tenía 11 años cuando se fue con una familia adoptiva.

En 1933 conoció a Otto Frank y comenzó a trabajar para él. En 1936 se casó con Jan Gies. En 1944 la situación de los judíos en Holanda cada vez es más preocupante y Otto le informa a Miep que él y su familia se esconderán y que quiere saber si ella les podrá ayudar. A pesar de que decir que si era muy peligroso para ella, Miep inmediatamente les ofrece su apoyo. Frank comienza a planear el traslado, pero el 5 de Julio de 1942 les llega un requerimiento para que su hija mayor Margot se presente a un campo de trabajos forzados, por lo que la familia Frank decide esconderse  al día siguiente.

Miep y Jan  van a casa de  Frank en sus bicicletas y bajo sus abrigos esconden lo más que pueden de las pertenencias de la familia   y las llevan a un pequeño ático que existía en las oficinas del negocio del Sr. Frank. Acompaña después a Margot, que se trasladará en bicicleta a su lado (lo que era muy riesgoso, dado que sale sin su estrella amarilla y tenía la prohibición de circular en bicicleta; además de que si los hubieran descubierto con todos los artículos que llevaban hubieran terminado en la comisaría).

Miep fue una mujer muy valiente que por encima de su seguridad puso la ayuda a esas  personas que vivían la indignidad de tener que refugiarse para no ser aniquilados. Durante el tiempo que estuvieron escondidos, Miep y su esposo les conseguían víveres, libros y revistas para leer, ropa, y todo aquello que pudiera hacer menos terrible su cautiverio. Después se unirían en el escondite la familia Van Pels y el dentista de Miep, Fritz Pfeffer.

Miep Gies

Durante casi dos años, Miep fue su contacto con el exterior. A Anna le emocionaba que Miep y Jan se quedaran a dormir en el escondite, cosa que hicieron alguna vez. Miep dice que el miedo no la dejó dormir esas noches; y que con ello valoró  la libertad que tenía para moverse, ir a trabajar, a su casa a pesar de todas las penurias que había afuera.

Por supuesto, Miep no era la única que sabía que la familia Frank estaba en el ático. Otras personas (socios, algún otro trabajador) estaban al tanto y también contribuían a ayudar en lo que podían.

El 4 de Agosto de 1944, la policía alemana encontró a los que se escondían en el ático. Cuando Miep llegó a la oficina, ya se habían llevado a todos, y vio como habían tirado y revisado lo que poseían. Miep fue interrogada, pero el oficial, que era vienés como ella, la deja en libertad.  Ella entonces va al ático y trata de guardar lo que quedaba de sus amigos, para devolvérselos cuando terminara la guerra. Entre las cosas que recogió, estaba el diario de Anna Frank. Hizo lo posible por sobornar a los alemanes para que los soltaran, pero no tuvo éxito.

Cuando terminó la guerra, Otto regresó y Jan y Miep lo tuvieron alojado en su casa. El Sr. Frank decía que eran la única familia que le quedaba. Su esposa había muerto de hambre en un campo de concentración y tiempo después se enteraron que Margot y Anna habían muerto en el campo de Bergen-Belsen. En ese momento fue cuando Miep le da a Otto el diario de su hija, que ella había estado guardando. Miep no pudo leerlo en mucho tiempo, a pesar de que Otto se lo pedía. Escribe en su libro: “Desde la primera palabra, sentí la voz de Ana que volvía para hablarme desde donde estuviera. Perdí la noción del tiempo. La presencia de mi joven amiga escapaba del libro llena de vida, con sus diversos estados de ánimo, su curiosidad, sus sentimientos. Ya no se había ido, no la habían destruido. Vivía de nuevo en mi mente. […] Al llegar a la última palabra no experimenté el dolor que había supuesto. Estaba contenta de haberlo leído por fin. El vacío de mi corazón se hallaba colmado. Se había perdido mucho; pero la voz de Ana nunca se perdería. Mi pequeña amiga había dejado al mundo un legado sorprendente. Pero siempre, en todos los momentos de mi vida, he deseado que las cosas hubiesen sido distintas. Que, aunque el mundo se hubiera perdido el Diario de Ana, ella y los demás, se hubiesen salvado. No pasa un día sin que llore por ellos” Miep falleció el 11 de Enero de 2010 a la edad de 100 años.

Me gustó mucho conocer a esta mujer que decía no haber hecho nada extraordinario. Sumamente sencilla, decía que otros habían hecho lo mismo que ella, poniendo en riesgo su seguridad y su vida para defender a otros de un destino terrible.

Ya con este llevo 15 libros leídos de los comprados en la FIL ¡ahí la llevo! 😀 jajaja

44 comentarios

  1. Leí el Diario de Ana Frank cuando era una adolescente y me encantó, me emocionó y juraría que fue mi primer contacto «literario» con la 2ª Guerra Mundial.
    Debió de ser muy doloroso para Otto sobrevivir a toda su familia, pero al menos le quedaban amigos a los que acudir, además amigos de los de verdad.
    Tiene que haber sido una lectura muy interesante Ale. A mí el libro no me sonaba de nada.
    Un abrazo

    • Booki:
      si, debió ser muy doloroso sobrevivir a todos, y mira que Otto era un hombre que a pesar de que estaban encerrados hizo lo posible para que sus hijas siguieran educándose: Margot estaba aprendiendo taquigrafía, le ayudaban a Miep con la contabilidad, estaban estudiando (para prepararse y supongo que también para que el tiempo pasara más rápido).
      Miep demostró ser amiga aún cuando las cosas se les voltearon a los Frank y no los abandonó cuando más la necesitaban.
      Un beso,
      Ale.

  2. Ale, leí el Diario de Ana Frank cuando era bastante pequeño (tendría unos 11 o 12 años) y me conmocionó mucho. Hace 3 años, en un viaje a Amsterdam, visité la casa de Ana Frank, donde estaban escondidos, y realmente me dejó muy triste, fue como si algo se me hubiera pegado al cuerpo. Pero mereció la pena. 😉

    me ha gustado mucho tu reseña!

    un abrazo fuerte!

    • Ismael:
      ¡gracias! dichoso tú que has podido hacer esos viajes 😀 debe ser una sensación impresionante poder ver el lugar donde estuvieron escondidos, y su casa…pero como dices ¡vale la pena! ¡que bien que has podido ver con tus propios ojos ese pedazo de historia!
      yo no recuerdo que edad tenía la primera vez que leí el diario de Anna, creo que 13. Entonces me parecía tan madura…años después lo releí y pensé «¡ayyy esa adolescente!» 😉
      Un beso,
      Ale.

  3. Pues yo no he leído el Diario todavía, pero lo tengo en casa comprado de la feria de segunda mano (y además es una edición mexicana!!). Lo que sí visité fue la casa en Holanda hace unos años.
    El Diario está ya entre mis pendientes, así que me apunto este para leerlo después. La verdad es que hay que ser muy valiente para esconder a esa pobre gente, pero también una se tiene que sentir muy indignada por las cosas injustas que estaban sucediendo!

    • Isi:
      bueno, no has leído el libro pero ya viste su casa…oye, yo me muero de envidia.
      Fíjate que si, seguramente que había muchos que se sentían indignados, pero pocos los que se atrevieron a hacer algo al respecto. Bien decía Martin Luther King que no hace tanto daño lo que unos pocos hacen, sino el silencio de los muchos que observan sin hacer nada. Salir de la indignación y pasar a la acción es algo que aún me cuesta trabajo…
      un beso,
      Ale.

  4. El diario de Ana Frank lo leí en su día. Este que presentas sin duda tiene interés como documento histórico de un testigo directo, pero es que estoy más que saturada con el genocidio judío, a veces pienso que la gente cree que es el único, y no lo es.
    ¿sabes que estuve en la casa de Ana Frank, en el lugar donde estuvieron escondidos? fue emocionante verlo «in situ». Tengo fotos, igual un día las subo al «féibú»
    Abrazos querida.

    • Icíar:
      hasta hoy veo que no respondí a este comentario…no sabía que podías conocer su casa virtualmente, pero ya me he metido al guggle y he andado por ahí…¡que pena que ya no existe ese árbol que tantas esperanzas le dió a Ana!
      un beso,
      Ale.

    • Ascen:
      es una buena continuación del libro de Anna Frank, en realidad no habla mucho de ella, y si habla mucho de cómo conoció al Sr. Frank y como vivió ella desde fuera el periodo de la guerra en Holanda. Lo que tenía que hacer para conseguirle la comida a los del anexo, como escondió a otro chico en su casa durante un tiempo, cómo fue el día que llegó a la oficina y encontró la entrada al anexo abierta, muchas cosas tiradas y los habitantes de él desaparecidos.
      Vale mucho la pena ¡te lo aseguro!
      un beso,
      Ale.

  5. Ale, no sabía de la existencia de este libro! Qué interesante … y qué triste! Justo en estos días leí esta poesía en inglés, que me parece completa y grafica el contenido del libro que reseñaste.
    Te mando la traducción:

    Blues del refugiado de W. H. Auden

    Digamos que esta ciudad tiene un millón de almas,
    algunas viven en mansiones, otras en agujeros:
    pero no hay lugar para nosotros, mi amor, no hay lugar para nosotros.

    Una vez tuvimos un país y creímos que era justo,
    mira en el atlas y lo encontrarás:
    no podemos ir ahí ahora, mi amor, no podemos ir ahí.

    En el patio de la parroquia del pueblo hay un tejo añoso,
    que vuelve a florecer cada primavera:
    los pasaportes viejos no pueden hacer eso, mi amor, no pueden hacer eso.

    El cónsul golpeó la mesa y dijo,
    ‘Si no tienen pasaporte, oficialmente están muertos’:
    Pero aún estamos vivos, mi amor, aún estamos vivos.

    Fui a un comité; me ofrecieron una silla;
    me dijeron gentilmente que volviera al año siguiente:
    ¿Pero a dónde iremos hoy, mi amor, a dónde iremos hoy?

    Fui a un acto público; el orador se paró y dijo:
    ‘Si los dejamos entrar, nos robarán el pan de cada día’;
    Estaba hablando de nosotros, mi amor, hablaba de nosotros.

    Creí escuchar un trueno retumbar en el cielo;
    era Hitler sobre Europa, diciendo: ‘Ellos deben morir’,
    él pensaba en nosotros, mi amor, pensaba en nosotros.

    Vi un caniche abrigado con una mantita,
    Vi una puerta abierta y entró un gato:
    Pero no eran judíos alemanes, mi amor, no eran judíos alemanes.

    Fui hasta el puerto y me detuve en el muelle,
    vi los peces nadando como si fueran libres:
    a solo diez pies, mi amor, a solo a diez pies.

    Caminé por un bosque, vi los pájaros en los árboles;
    no tenían políticos y cantaban libremente:
    no eran hombres, mi amor, no eran hombres.

    Soñé que había un edificio de mil pisos,
    mil ventanas y mil puertas:
    ninguna era nuestra, mi amor, ninguna era nuestra.

    Me detuve en una planicie bajo la nevada;
    diez mil soldados marchaban de un lado a otro:
    buscándonos, mi amor, a ti y a mí.

    • Marcela:
      ¡gracias por el poema! es bellísimo y tienes razón, habla de la tristeza de ser ignorado, de que una sociedad no te deje vivir de acuerdo a tu dignidad humana por carecer de papeles…
      un beso,
      Ale.

  6. No conocía este libro aunque sí El Diario de Anna Frank que lo tengo por casa pero no he leído todavía (soy un desastre xD) A ver si me pongo con él o encuentro por ahí el que tu recomiendas porque me gustan este tipo de libros. Besos

  7. Hola Ale tengo una edición muy viejita del Diario de Ana Frank, y el otro día en la librería en la que hablamos de Amsterdam me comentaban lo irónico del comienzo de la novela….algo que no iba a interesar a nadie…
    Había leído lo de la muerte de esta mujer, 100 años!!, y pensé en leer el libro, ( lo voy a incluir en la entrada dedicada a Amsterdam… )es importante sacar a la luz historias como esta!
    Un abrazo 😉

    • ¡Hola Maribel!
      Por lo que se, Ana trabajaba mucho en su diario y su papá si pensaba que podia publicarse cuando terminaran su experiencia…ya sabía que sería un documento interesante. Quizás si Ana hubiera sobrevivido, lo habría editado para no herir suceptibilidades y sin duda habría sido una gran escritora.
      Como bien dices ¡hay que contar estas historias esperando que no vuelvan a repetirse!
      un beso,
      Ale.

  8. Es uno de los temas que me niego a leer, prefiero esquivarlo porque me hacen mal. Al igual que los libros de sobrevivientes de la dictadura militar de mi país. Son cosas que me producen impotencia y mucho dolor.
    Sin duda, esta mujer que llegó a vivir 100 años, habrá tenido mucho que contar.
    Saludos.

  9. Ale no me sonaba de nada pero sin duda lo apunto , a pesar de la dureza de estos libros me encanta leerlos, es tremendo que esto haya pasado de verdad y hace poco tiempo ¿verdad?
    un abrazo

    • Luisa:
      fue una mujer maravillosa ¿nunca has visto la película con Hillary Swank»Escritores por la libertad»? en ella encarna a Erin Guruwell, una maestra de adolescentes cuyos alumnos viven alrededor de mucha violencia. Ella les pone a leer a Ana Frank (algunos nunca habían leído un libro antes) y los impresiona tanto saber que era real que quedan emocionados y quieren saber más sobre ella. La maestra los anima a que consigan fondos para traer a la escuela a Miep Gies…y logran hacerlo. (El nombre de la película en inglés es The Freedom Writers).
      Un beso,
      Ale.

  10. El diario de Anna Frank, me gustó muchísimo…lo leí en mi época adolescente. Y luego volví a releerlo años después. Me entusiasmó. Creo que es un libro buenísimo. Y lo que más me gusta es saber que su gran deseo de ser escritora se cumplió.
    Este libro que nombras, creo haberlo visto con otra portada. Está, ya, en esa lista interminable de libros que me gustaría leer.
    Con lo que dices aquí, quedo completamente convencida.
    Un abrazo grande!!

    • María:
      Ana vivió pocos años, pero como bien dices, su escrito salió a la luz, y es una muestra contundente de la resilencia del espíritu humano. A mi lo que me asombra es que su papá veía a futuro: seguían preparándose, estaban tomando un curso por correspondencia de taquigrafía, ayudaban por las noches en las tareas de la oficina (algo de contabilidad) es decir, trataba de que su vida siguiera normal y que no se fueran a atrasar mucho cuando la guerra terminara.
      Y Miep fue una gran amiga, sin duda.
      Un beso,
      Ale.

  11. Hola Ale, es la primera vez que escribo a un blog 😀
    Soy de Guatemala y escuché sobre este libro desde hace unos meses y estaba esperando a escuchar alguna referencia sobre el mismo. Me alegro mucho haberla encontrado y sobretodo en un blog de lectura. Me encanta leer sobre el holocausto y sobre la Segunda Guerra Mundial. Cuando se termina de leer el Diario de Ana Frank deja un nudo en la garganta que dan ganas de saber más sobre lo que pasó. Y gracias a tu reseña. Saludos,

    • Jenny:
      ¡Bienvenida! a mi me sucedió eso: quería saber cómo había sido la detención de los Frank, qué les pasó a Anna y sus papás (a todos los del anexo) y si había la seguridad de que Anna había muerto en el campo de concentración o era posible que hubiera habido un error (yo pedía que así fuera cuando leí el libro). Entonces no había internet y no era tan fácil accesar a la información como hoy en día. Es un libro que vale mucho la pena, ojalá puedas leerlo algún día.
      Saludos,
      Ale.

  12. Ale, ¡qué libros tan interesantes estás leyendo!! Este tiene que ser mío. Leí el Diario de Ana Frank hace relativamente poco: por primera vez accedí al original tras las muchas versiones juveniles y parcialmente censuradas por el contenido en realidad poco apto para ciertas edades…
    En ese mismo libro y en otro que compré en el edificio (y ahora museo) en que vivió Ana, leí bastante sobre la figura de Miep Gies.
    Toda esta historia es muy conmovedora y dura de procesar. 😦

    Linda reseña, ¡Un abrazo!!

    • Andromeda:
      este es un libro muy interesante, de una mujer que tenía muy claro el valor de la dignidad humana y que aún poniéndose en peligro, eligió ayudar en momentos en que era más fácil hacerse de la vista gorda. Como bien dices, es difícil de procesar. Todo lo que se dió en ese momento histórico.
      ¡gracias!
      un beso,
      Ale.

  13. Hola!!!
    Busco desde hace mucho tiempo este libro, me interesa la historia de Ana desde que era una adolescente, ¿podrían decirme donde puedo conseguir este libro?
    Soy de España.
    Un saludo,
    María.

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