LIBRO: El Arte de Llorar a Coro

2EL  ARTE  DE  LLORAR  A  CORO

Erling Jepsen

Editorial Lengua de Trapo

Allan tiene 11 años, y dos hermanos mayores. El hermano mayor ya no vive en casa, sino que estudia en una ciudad lejos del hogar paterno. Sanne, la hermana aún vive en casa y es la compañera de aventuras de Allan. El papá es depresivo y parece sólo florecer cuando hace llorar a los demás dando discursos en los funerales de amigos y vecinos. El resto del tiempo parece no sentirse muy bien consigo mismo. La mamá vive en medio de este caos sin darse cuenta de muchas cosas y Allan quiere que su papá esté contento porque se ha dado cuenta de que cuando papá es feliz, su vida parece ir sobre ruedas.

Este es más o menos el argumento del libro. La vida de una familia totalmente disfuncional a través de los ojos de un niño inocente. ¡Y tanto!

El libro trata temas muy duros: incesto, enfermedad mental, hospitalización psiquiátrica…pero lo hace sin querer provocar asombro, sino que se presentan así “como al descuido”, pequeñas escenas que hicieron que yo como lectora me  horrorizara, dejara el libro y exclamara “¡pero no puede ser!” y me costara trabajo seguir leyendo.

¿Qué me deja a mi de bueno el libro? Porque si lo terminé fue porque algo bueno estaba viendo en él ¿verdad? primero, la felicidad de que no era mi vida, ni la de nadie cercano a mí (digo, sonará tonto, pero así era).  Tiene momentos un poco cómicos (dados por Allan) , pero son de humor negro. Nada de risas para sentirse mejor…

El libro fue llevado a la pantalla grande, y lleva el mismo título que el libro. El director comentó sobre esta película: “Quise realizar una película que le hablara al público por medio de las emociones. Seguramente este es un filme oscuro y trágico pero, a través de los ojos de Allan, las cosas son tan inocentes que se convierten en humor negro. De este modo lo siniestro se vuelve bizarro.” (En la foto, una escena de la película)

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Aquí les dejo un link a una entrevista con el autor.

26 comentarios

    • ehhhh….este…no, no es bueno que lo siniestro se ponga bizarro.

      Digo, no es que me diera gusto que los demás fueran más desgraciados que yo, pero era algo que me daba esperanza para terminar, digamos…

      ya no se ni loque di go, ni como lo escribo jijiji

  1. Una de mis escritoras favoritas, Martin Gaite dice que hay que «llorar a solas, que es como se le saca más gusto a llorar…», este no me lo apunto, aunque te felicito por terminarlo, tal vez yo lo hubiera dejado a medias…

    un saludo 😉

  2. A mí estos temas que has dicho que toca, como que me echan para atrás; quizás para cuando ya no esté de vacaciones…
    Muy cierto lo que dice Loque: hay personas que si no destruyen a todas las que tienen alrededor, no están contentas!

    • Deigar:
      pues si lo lees ¡me cuentas que te ha parecido! 😉

      Maribel:
      Tiene razón Carmen Martín Gaite…a solas puede uno explayarse con total desenfado…déjame contarte que mi charro negro me cuenta que allá en el pueblo de sus padres, había una señora que decía «ando apurada haciendo el quehacer porque estoy un poco triste, y quiero poder sentarme a llorar con calma, sin pendientes». Le habría gustado también la cita que me regalas 😀

      Isi:

      pero ¿es que sigues de vacaciones? ¡Que maravilla! ¡bien por tí! ya quisiera yo unaaaaaaaaaaaaaaasssss (espero que mi charro negro lea mi blog jajaja)

      Ana:

      hay momentos especiales para los libros, a veces leemos alguno cuando no era el momento adecuado y no nos gusta, no podemos terminarlos; y si los agarramos más adelante leerlos es ¡coser y cantar! se hace sin esfuerzo. Te felicito por hacerte caso 😉 eso es quererse.

      Un abrazo grande para cada quien,
      Ale.

  3. Me pueden los libros donde los niños sufren, me pasa igual con las películas, es superior a mí.
    En fin que lo dejaremo spara otros momentos.
    Un saludito
    Teresa

  4. Ahora estoy evitando los libros con protagonistas infantiles, dada la tendencia del sector de explotar ese mundo. Pero cuando se me pase echaré un vistazo a este libro, pues me seduce lo que has dicho. No me asustan las historias duras, de hecho ultimamente es todo lo contrario. Además, tiene humor negro, el cual me gusta sobremanera.
    Saludos.

  5. ¡Hola! El libro me ha recordado a otro que leí hace tiempo, «El quinto hijo» de Doris Lessing. No sé si habrás oído de él. Eso sí, no está narrado bajo el punto de vista del niño como el que nos cuentas, el lector es como un testigo invisible de los hechos que se narran. ¡Un saludo! ¡Nos leemos!

  6. Hola, Ale. Si no fuera porque sé que eres una persona tremendamente vital y optimista comenzaría a preocuparme.
    Tu comentario sobre el libro resulta interesante pero ahora mismo, más bien necesito lecturas más bien «El arte de Reir». (Siempre me quedará Durrell y su trilogía sobre su familia en Corfú)
    Y en cuanto a lo que decía Martín Gaite (también es una de mis autoras favoritas) coincido con ella. De vez en cuando una buena llorera, a solas y te quedas como una malva. Y para eso nada como un libro que te ayude o una película.

  7. Pero bueno Ale, ¿cuándo vas a dejar de leer estos libros tan tristes? 🙂 Anda, mira a ver si tiene alguno de Tom Sharpe y te echas unas risas, que el cuerpo y la mente lo necesitan de vez en cuando ¿no?

    Un saludo

  8. Una temática dura, aunque bien tratada puede ser digerible y la verdad es que son temas que estan presentes en nuestra sociedad, a veces no tan lejos de nosotros. Ese libro me lo apunto para cuando este mejor animicamente no creo que ahora sea el momento.

    • Teresa:
      lo mismo: que bueno que te haces caso y vas leyendo lo que te apetece 😉

      Hilario:
      Pues si te gusta el humor negro ¡este libro es para tí!¡te va a encantar!

      Marina:
      no conocía ese libro…mmm..me has picado la curiosidad 😀

      Lammermoor:
      No hay nada por qué preocuparse….:D todo bien por acá…yo también necesito lecturas más ligeras y que me hagan reir. Y coincido contigo, yo siempre digo que agarrar una película triste cuando uno trae llanto atorado, para agarrar vuelo con la película y luego seguir llorando uno por lo propio es una terapia maravillosa 😀

      Ascen:
      no es que me los haya leído todos uno tras otro, es sólo que ya tiene tiempo que están leídos y no había escrito las reseñas, y resulta que así fueron saliendo en el blog…pero quizás deba tratar con loque en mi próxima sesión esto que me dices…hummmm….fíjate que ya busqué a Tom Sharpe y resulta que no tienen sus libros por aquí pero estoy por conseguirlos vía correo 😉 es lo bueno de la globalización; pero te cuento que me leí uno de un caricaturista tapatío llamado Trino Camacho que me hizo reir un buen rato.

      Carmina:
      Parece que el otoño no es la mejor época para este libro ;).

      Reciban un abrazo agradecido,
      Ale.

  9. Es que creo que el planteamiento no es exacto. No es una novela triste, al revés, te ríes muchísimo. El mérito del autor es que al contarlo todo desde la perspectiva del niño consigue hacer que te tronches de cosas monstruosas, y te crea una sensación muy extraña. Un humor negro, negrísimo…

  10. Ale, no lo decía por tí, ni mucho menos! Vamos, que ni se me pasa por la imaginación que tú te alegres del mal ajeno!!!

    Lo decía por el padre del protagonista que solo era feliz cuando hacía llorar a la gente en los funerales (la gente, que tiene unas aficiones)

    Y lo del bizarro por el autor, que me ha caído gordo el tío. Erling Jepsen: no pienso incluirte en el «amigo invisible» de este año, ea!

    (jo, solo digo estupideces, no? tengo que subir el nivel de mis comentarios)

    • Mertxe:
      Ciertísimo lo que dices: en la variedad está el gusto; a mi no es tanto que el libro no me gustara, es que al leer desde mis ojos de adulta ciertas cosas planteadas con total desparpajo por el niño ¿qué quieres? se me partía el corazón. Sufrí con este libro…quizás más que otras veces porque Allan ni siquiera sabe de la gravedad de lo que está sucediendo alrededor de él…

      Carpi:

      Me da gusto que te animaras a dejar tu comentario, y seguramente que con tu comentario, habrá quien se anime a leerlo y eso es bueno, que se vean los dos lados. Será que a mi no me gusta tanto el humor negro y no me reía mucho…digo, no de las situaciones monstruosas, había otras partes de la novela que si me hacían reir: cuando Allan cree que el Arcángel Gabriel es su héroe, o le pregunta a la maestra del catecismo si no será que Jesús nunca murió y mejor se fue a vivir a la selva y será Tarzán.

      Loque:
      ¡Claro que no tienes que subir el nivel de tus comentarios! si así siempre aprendo, me río, y me terapeo. Yo creí que lo decías porque escribí que me daba gusto que no fueran mi familia, pero creí que te referías en tu comentario a personas más malévolas que yo jajaja…vaya que si entendí que no te referías a mí en tu comentario pero estaba jugando contigo (esto de jugar cuando no se ve uno las caras tiene sus bemoles). Yo si te incluyo a tí en mi «amigo invisible» de este año 😀

      Un abrazo para quien,
      Ale.

  11. Jo-pe-li-nes, no me entero de nada, y es que ya se sabe que belleza e inteligencia raramente conviven en armonía, y claro, mi incontestable belleza está venciendo a mi in… in… in… indiscutible inteligencia!!

    Sí, lo de expresar ironías por escrito, es francamente difícil, yo pienso que vosotros me conocéis y más o menos sabéis en qué tono «hablo», pero a veces pienso que el que lea esto que no me conozca pensará
    «mira qué bien, en los psiquiátricos tienen conexión a internet»

  12. hombre, si tienen conexión a internet ¡me apunto! yo que no me quería internar por no estar lejos de ustedes…juar, juar, juar

    en tu caso, estoy segura de que la inteligencia y la belleza conviven con singular alegría 😉

  13. A mí me motiva leerlo por lo que dices, me recuerda que cuando leí Ensayo sobre la ceguera de Saramago, al final, cuando todos decían qué deprimente estaba, yo me imaginaba todo lo contrario, me pareció un libro esperanzador, creí que en realidad nunca me pasaría nada semejante y que mis problemas eran nada, al lado de los que la humanidad podría tener.
    Dí tú.
    Si supieras cuánto he disfrutado tu envío, bueno, fíjate que el próximo post será del de Rosa Montero. Nunca terminaré de agradecertelo.
    Regresé y ahora tengo mucha tarea atrasada en los blogs amigos.
    ¡A leer!
    Un abrazo,
    AD.

    • Ade Querida:
      Pues espero que pronto puedas leerlo ;). Me da gusto que lo estés disfrutando, yo también estoy disfrutando el tuyo: estoy leyendo a Cecilia Valdés. Ya haré una entrada también cuando lo termine. Tampoco terminaré de agradecerte mi Ade.

      Un abrazo grande grande para tí,
      Ale.

  14. Tiene un buen concepto el autor, para siquiera tener cierta idea de lo que pasa alrededor nuestro, sin tratar de ignorar el abuso a los niños de los pregenitores, y el simple echo de ignorar es abusar, es desproteger a un ser indefenso al cual podemos ayudar, siendo una realidad de todos los días, en todos los paises y clases sociales.

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