LIBRO: Homero, Ilíada

iliadaHOMERO, ILIADA
Alessandro Barrico

Barrico dice que un día pensó que sería hermoso leer en público la Ilíada, de Homero y cuando encontró quien estuviera dispuesto a apostarle a esa aventura, se dio cuenta de que el texto, tal como estaba, sería muy difícil pues requeriría más de 40 horas para hacerlo.

Así, se dio a la tarea de hacer un texto que pudiera hacer realidad su sueño para lo cual hizo tres intervenciones: eligió primero una versión de la Ilíada, eliminó las repeticiones, y cortó todas las escenas de los dioses. Así dice que quedó con una obra donde “los ladrillos son homéricos, pero la pared es más esencial.” La segunda fue el lenguaje: utilizó un italiano vivo, más que una traducción filológica. Y la tercera intervención es que la narración la pasa a primera persona. Algunos de los personajes relatarán lo que vivieron/oyeron/supieron para ayudarse con el espectáculo de la lectura pública.

El texto que se obtuvo tras esas intervenciones se leyó públicamente en Roma y Turín en el otoño de 2004. A esas dos lecturas asistieron más de 10 mil personas (pagando, aclara él) y la radio italiana lo transmitió en directo. Se dio el caso de que muchos escucharon en sus autos, y no salieron de ellos, porque no podían dejar de escuchar.

Quesque así estuvo el público que lo escuchó por radio.
Quesque así estuvo el público que lo escuchó por radio.

Ese texto es el que compone el libro.

Debo decir que la mitología me chifla, y eso de que hubiera quitado a los dioses le ponía una puntuación negativa, pero como estoy leyendo con unas amigas la Ilíada de Homero (como parte del Reto Grandes Monstruos de la Literatura), pensé que sería una buena manera de enterarme qué sucede antes de meterme a la de Homero.

El resultado final fue que la disfruté muchísimo, me encontré leyendo rápidamente las escenas donde suceden cosas, me emocioné muchísimo y ahora siento que me puedo enfrentar mejor a Homero. Para quienes la mitología griega se les dificulta, esta es una buena manera de conocer la historia sin meterse en los dimes y diretes de quien es Zeus, por qué están los aqueos enojados con los troyanos, etc, etc, etc.

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Una de las escenas que me hizo llorar fue cuando Héctor dice:
Es en medio de aquellas llamas como me tenéis que recordar. Héctor, el derrotado: lo tenéis que recordar de pie, en la popa de aquella nave, rodeado por el fuego. Héctor, el muerto que por tres veces sería arrastrado por Aquiles alrededor de las murallas de su ciudad. A él tenéis que recordarlo vivo, y victorioso, y resplandeciente con sus armas de plata y de bronce. De una reina aprendí las palabras que ahora me han quedado y que quiero deciros a vosotros: acordaos de mí, acordaos de mí y olvidad mi destino.” ¿Acaso no es así como nuestros muertos quisieran ser recordados? No como murieron, en especial si la muerte fue trágica, o por una enfermedad que fue quitándoles la vida poco a poco. Que los recordemos en su plenitud, en sus momentos felices, ahí cuando ellos conquistaban la felicidad.

Es un largo canto de guerra y su motivo: la avaricia. Y dice: “Por muy inmensas que sean las riquezas que Troya esconde detrás de sus murallas, no valen lo que vale la vida”. Somos muy brutos para en todos los siglos que nos separan de este obra, aún no valoremos más la vida que el poder y las riquezas que las conquistas de territorios ofrecen.

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Construir otra belleza es tal vez el único camino hacia una auténtica paz. Demostrar que somos capaces de iluminar la penumbra de la existencia sin recurrir al fuego de la guerra. Dar un sentido, fuerte, a las cosas, sin tener que llevarlas hasta la luz, cegadora, de la muerte. Poder cambiar el destino de uno mismo sin tener que apoderarse del de otro; lograr que circulen el dinero y la riqueza sin tener que recurrir a la violencia; encontrar una dimensión ética, incluso muy elevada, sin tener que ir a buscarla en los confines de la muerte; encontrarse a uno mismo en la intensidad de lugares y momentos que no sean una trinchera; conocer la emoción, incluso la más vertiginosa, sin tener que recurrir al doping de la guerra o a la metadona de las pequeñas violencias cotidianas. En fin, otra belleza, si es que comprendéis lo que quiero decir”.

26 comentarios

  1. Hola Ale!
    Después de un tiempo de desconexión por los interminables estudios, por fin puedo leerte con tranquilidad. Ahora mismo estoy desayunando y tus entradas van a acompañar mi recién estrenada mañana 🙂
    La Odisea es mi texto clásico favorito y como me ha gustado descubrir esta revisión. No la conocía y se me ha puesto una gran sonrisa al leer que la gente quedaba extasiada en sus coches oyéndola por la radio.
    Toda mi escolaridad ha estado ligada a las letras; desde el momento que pude abandoné las matemáticas y escogí latín y griego, en Secundaria, Bachiller y Universidad.
    Aprendí tantísimas cosas de los clásicos que ahora que cada vez más, van sufriendo el ostracismo en los planes educativos actuales, me invade la pena:(
    Un beso y mil gracias por descubrirme esta lectura de Baricco.

    • Marie:
      ahora la que ha andado desconectada soy yo. Este mes me ha sido muy difícil venir por aquí y por eso hasta hoy te respondo.
      A mi también me da mucha tristeza que cada vez quede menos espacio en las aulas para estudiar los clásicos, y muchas materias más que tienen que ver con las humanidades. Aquí han sacado la clase de ética, civismo, etc.
      ¡Me alegra haber acompañado tu desayuno! 😉
      un beso,
      Ale.

  2. No soy muy amiga de las versiones reducidas, pero mira, tratándose de un texto tan arduo como La Iliada, me parece buena idea.

    Yo intenté leérmelo en mi lejana juventud y aunque entonces hacía poco tiempo que se había escrito, no pude con ello.

    • Loque:
      Y si que es un texto arduo. Yo comencé a leerlo con unas amigas, y bueno, según la traducción era más o menos dificil. Ahí la llevamos. Apenas vamos en el cuarto canto (nos falta un buen trecho por recorrer aún 🙂 ).
      Un beso,
      Ale
      pd. me has hecho reir con eso de que hacía poco se había escrito…

  3. Que interesante lo que nos cuentas. A veces es curioso como se llega a escribir un libro.
    De Baricco leí «Seda» así que ya tiene muchos puntos positivos para animarme a leer el que comentas.
    Un abrazo

  4. Pues la verdad que si no es por tu comentario ni lo hubiera considerado, es más, lo miraría ligeramente molesta por recortar «La Ilíada». Pero tal y como lo has contado no solo me tienta, es que además conozco a alguien que va a alucinar con este libro, y creo que también a disfrutarlo muy mucho.

    Gracias y besos!

    • Ana:
      pues tengo amigas que lo vieron con torva mirada también cuando les dije que había sacado a los Dioses de acá…pero para saber de qué trata la historia, y hacerla más cercana, es un buen trabajo. Me alegro que pensaras en alguien a quien puede gustarle mucho 😀 (Y).
      Un beso,
      Ale.

  5. No he leído aun nada de Baricco, ni siquiera tenía esta obra en mente. A mí también me encanta la mitología, por eso al leer tu reseña me ha pasado lo mismo que a ti, me ha frenado el hecho de que se eliminen los dioses. Pero veo que tu valoración, a pesar de ese corte, es positiva, por lo que tendré en cuenta esta lectura. ¡Un abrazo!

  6. La Odisea y La Ilíada están entre mis pendientes para los que no encuentro hueco; igual tengo que reconsiderar mis elecciones para el reto Eternos Pendientes. A mi sobrina -está estudiando filogía clásica- le regalé una edición bilingue de la Iliada y se suponía que lo iba a leer pero hasta ahora

  7. Pues pico seguro. No me importa leer versiones cuando el que las hace conoce bien el original. Como dices luego te facilita el original. Así que también lo buscaré en la feria (Me leí una versión de La Odisea de Gerónimo Stilton, y me encantó, así que …. ¿Cómo no me va a gustar esta de Baricco?. Ah, y otra cosa, me encantó tambièn conocer del libro de Historia de Heródoto a través del libro de Kapuscinski «Viajes con Heródoto» Me gustará seguro el que traes hoy.

    • Icíar:
      ¿versión Gerónimo Stilton? esa si que no la he visto por acá. Como que no pegó tanto como en el viejo mundo…(¿o ya no tengo hijos en esas edades?).
      Tomo nota del de Kapuscinski.
      Cada vez me entra más la curiosidad por saber qué tanto te trajiste de la Feria del Libro de Madrid 😀
      un beso,
      Ale.

  8. Hola, qué tal.
    Me he preguntado siempre a qué reina pudiese estar refiriéndose Héctor en ese pasaje cuando dice: «De una reina aprendí las palabras que ahora me han quedado y que quiero deciros a vosotros: acordaos de mí, acordaos de mí y olvidad mi destino.”
    Hay que saber que este fragmento es una de las intervenciones que realizó Baricco al texto original del poema, por eso no forma parte de la tradición y no lo sé. ¿Será su madre Hécuba? ¿Será Medea?
    Me encantaría que quien supiese me lo aclarara, muchas gracias.

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